Me decían: “perfeccionista” y“obsesiva” por organizar mis días de manera meticulosa, se burlaban en secreto mientras las palabras “piernona” y “espaldona” salían de sus bocas, “rezandera” y “monja” decían al verme arrodillada en la capilla todas las mañanas cuando llegaba de entrenar, “idealista” e “infantil” se referían cuando compartía mis sueños en voz alta, “tía” y “loca de las madrugadas” pensaban cuando me escuchaban decir que me despertaba a las cuatro de la mañana.
Estos y muchos más eran las razones, aparentemente, por las cuales yo no era merecedora de aceptación, compañía o amor en uno de mis entornos, el cual debía pasar en él, gran parte de mi día. ( Me reservó los derechos de mencionar cual era ese lugar). Para una niña adolescente que estaba empezando a abrirse a un mundo tan grande y diverso, este tipo de actitudes y ambientes tan crueles, empezaron a afectarla en muchos sentidos, pero eso ya es otra historia.
Un día, descubrí que todos esos “defectos” y “diferencias” eran mis mayores virtudes y ventajas en el Deporte de Alto Rendimiento,
específicamente la Natación Carreras; resultó que aquellas piernas que recibieron tanta burla eran un motor para avanzar mucho más rápido en la piscina, descubrí que ser, aparentemente, “obsesiva” y “perfeccionista” me llevaría a manejar excepcionalmente mi carga académica con la deportiva en uno de los colegios más exigentes de la ciudad y en el mejor club de natación del país.
Encontré que ser “la loca de las madrugadas” me ayudaría para mejorar mi rendimiento durante las competencias gracias a entrenar de lunes a sábados a las cinco de la mañana antes de irme a estudiar.
Entendí que tener Fe o ser “monja” y “rezandera” como decían ellos, era mi mejor recurso para enfrentar adversidades que probablemente pocos hubieran soportado y que NO era mi mejor repelente para espantar a los hombres. Por cierto si hay algunas mujer, niña o jovencita leyendo esto por favor NUNCA te creas esa estupidez.
Por ultimo, comprendí que ser “idealista” e “inocente” era mi mayor fuente de gasolina porque podía soñar n grande sin importar qué tan loco o raro sonara en los oídos de los demás, esto y mi fe fueron los que sostuvieron en momentos críticos dentro y fuera de la piscina.
Confirmo y reafirmo mi afirmación, no con prepotencia ni ego, sino con animo de demostrar que lo que te hace diferente es o que te hace ser TAN especial. AH, bueno, por si se les olvidó cuál era:
“En la natación aprendí que ser diferente,
es lo mejor que me ha podido pasar”
María de los Ángeles Gómez Peñuela